ATENCIÓN: Esta entrada contiene
spoilers de la saga “La canción de hielo y fuego”; no la leas
hasta haber acabado la tercera novela, “Tormenta de espadas”.
Vamos llegando al ecuador de la trama;
“Festín de cuervos” es la cuarta entrega de “La canción de
hielo y fuego”, de George R. R. Martin, situado cronológicamente
justo después de “Tormenta de espadas” pero con algunas
particularidades. Cuando Martin comenzó a escribir este libro
comprobó que le estaba ocupando demasiado espacio así que decidió
partir la historia por la mitad en dos libros, pero en vez de hacerlo
cronológicamente como habría sido lo normal, lo hizo
geográficamente. Me explico, en este libro, Martin narra la historia
de los personajes situados al sur del Cuello (y en Braavos en el caso
de Arya) y deja el resto para el siguiente libro, “Danza de
dragones”.
Tras la muerte de Joffrey y de Lord
Tywin, Cersei Lannister se proclama regente y gobierna en nombre de
su hijo, el rey Tommen. Sin embargo, vive angustiada y temerosa de su
hermano Tyrion, de los Tyrrell y de una profecía que le fue hecha en
su niñez. Para vencer sus temores, Cersei se rodea de personajes de
dudosa reputación como los Kettleblack o Qyburn que la ayudarán en
sus intrigas contra la esposa de su hija, la “perenne viuda”
Margarey Tyrrell.
Jaime Lannister vuelve a ocupar su
cargo como Lord Comandante de la Guardia Real a pesar de haber
perdido la mano derecha. Atormentado por la muerte de su padre (de la
que se cree responsable por haber liberado a Tyrion) y por las
palabras del Gnomo respecto a los amores de Cersei, Jaime está
decidido a recuperar un honor que quizás nunca perdió del todo. Por
ello, dispuesto a mantener su promesa, envía a Brienne en busca de
la pequeña Sansa Stark, la cual parece haber desaparecido tras el
asesinato de Joffrey.
Brienne se lanza a la búsqueda con
determinación pero no tiene ni idea de por dónde empezar. Ni
siquiera la ayuda de Podrick Payne, antiguo escudero de Tyrion (el
marido de Sansa), le ayuda a encaminar el rastro, por lo que Brienne
decide ir hacia el Valle Oscuro, lugar natal del también
desaparecido ser Dontos. Pero lo que no imaginan ni Jaime ni Brienne
es que Sansa se encuentra a salvo en el Nido de Águilas bajo la
protección del Lord Protector, Petyr Baelish, que ya tiene algunos
planes para ella.
En las Islas de Hierro, los capitanes
andan revueltos tras la misteriosa muerte del rey Balon Greyjoy y la
vuelta de su todavía más misterioso hermano, Euron Ojo de Cuervo.
Tanto Euron como su hermano Victarion y su sobrina Asha (hija de
Balon) se disputan el trono de Piedramar, por lo que el sacerdote
Aeron Pelomojado (hermano de Balon, Euron y Victarion), oyendo a su
Dios Ahogado, decide convocar una asamblea de capitanes como se hacía
en la antigüedad. Mientras, en el Muro, Sam se dispones a iniciar un
viaje por mar acompañado de Eli, su hijo y el maestre Aemon. Por
orden de Lord Nieve, Sam se dirige hacia Antigua para convertirse en
maestre y dar un mejor servicio a la Guardia de la Noche. En su
particular odisea hará escala en Braavos, donde se topará con una
pequeña Arya que comienza a prepararse para servir al Dios de Muchos
Rostros.
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