sábado, 11 de septiembre de 2010

Flora y Fauna

No hay lugar más variado que la cafetería de la Facultad de Ciencias, aquí puedes encontrar de todo. Por ejemplo, aquella mesa, la de la esquina. Son estudiantes de primero, novatos hablando a gritos de la última juerga que se corrieron. Un poco a su derecha, ¿ves a esas dos mujeres? La de la túnica y la de la bata, ¿las ves ahora? Son dos profesoras, aunque no lo parezcan, la primera de Desarrollo Sostenible y la otra de Química Orgánica. Ambas son dos fijas de la cafetería, de las protestas contra el rector y de las juergas de los novatos. Sus compañeros de departamento no las aprecian mucho, pero una es hermana de no se qué amigo del decano, así que no creo que las echen a corto plazo.

¿Te has fijado en el tipo que hay detrás de nosotros, el de gafas de pasta y pelo descuidado? Profesor también, Física de Partículas. ¿Ves su café? Lleva más coñac que otra cosa; acaba de separarse de su tercera esposa, y creo que no tardará mucho en encontrar a la cuarta. ¡Vaya, mira quién acaba de llegar! La tuna en persona; no te los quedes mirando si no quieres que aparezcan esta madrugada bajo tu balcón en busca de un trago y un beso. ¿Perdón? Sí, tienen mal aspecto, peor que de costumbre. Seguro que anoche anduvieron de ronda, y seguro que visitaron el piso de aquella rubita de ojos azules. Mona, ¿eh? Quería ser enfermera, pero no le daba la nota y acabó en Biología, afortunadamente. No querrías que alguien como ella se ocupara de tus heridas o vacunara a tus hijos, aunque tampoco creo que hubiera podido acabar la carrera. La que está a su lado, la chica de gafas, es su compañera de piso. También es la encargada de la copistería y tiene muy mal genio. La verdad es que está celosa de su amiga, porque todos los chicos se fijan en ella, y claro, lo paga con los novatos que quieren fotocopias.

¿Esos aplausos? Ah, bueno, sí, es el mago, un chaval de Matemáticas que le gusta hacer trucos con una baraja; no se le da mal del todo. También de Matemáticas se supone que son aquellos de allá, los que están jugando al mus. Y digo se suponen porque no entran a clase ni por equivocación, todo lo contrario que aquellos otros, los de la esquina. Esos tíos se pasan aquí la vida, por la mañana en clase y por la tarde jugando a rol por los pasillos. Le dan un poco a todo, Magic, Vampiro, Warhammer,… Y en la esquina opuesta tenemos a los rastas de Biología, que no tienen nada que ver con la rubia de antes. Ideólogos para unos, perro flautas para el resto, lo que es seguro es que armarán jaleo, tan seguro como que no conseguirán nada, pero ahí siguen.

Todos distintos, todos diferentes y eso los hace iguales. Sus rarezas los hacen especiales, pero como todos tienen rarezas, todos son especiales, así que, en el fondo, todos son iguales, igual de aburridos quiero decir. ¿Cómo? ¿Mis rarezas? Eres demasiado curiosa, ¿sabes? Es una larga historia, ¿seguro que quieres oírla?

miércoles, 26 de mayo de 2010

El halcón peregrino

En lo alto de una escarpada ladera, el halcón abre los ojos. Sus patas heridas vuelven a sostenerlo, su tiempo de obligado reposo ha acabado. Se acerca al borde del precipicio, abre las alas y echa a volar. Al principio le cuesta, pues sus heridas aún no han cicatrizado del todo, incluso cae algunos metros hacia la oscuridad que se cierne bajo él, pero consigue remontar el vuelo. Suave y grácilmente, el halcón se alza hacia las estrellas, con el rumbo fijo al Norte.

Tras unos minutos, llega al lugar de su última desgracia. Posado en las ramas de un pino, clava los ojos en el lugar en el que fue derrotado. No ve a su adversario por ningún lado, parece haber abandonado el lugar en busca de otras presas. En buena parte, el halcón se alegra, aún no está totalmente preparado para enfrentarse a él. Resignado, vuelve a los cielos, siempre al Norte. Le encanta notar la caricia del viento en sus plumas y ver los primeros destellos del Sol reflejados en su pico, y piensa: "Pase lo que pase, mañana siempre amanecerá".

Fragmento de "Diarios ornitológicos"D.A.X.

jueves, 20 de mayo de 2010

Noria sin colores

Gotas sobre el cristal,
repetida agonía,
me marcho de tu lado,
¡vaya historia la mía!

Cantamos y reímos,
jugamos y bailamos,
pero una cosa nos falló:
jamás nos amamos.

Me miraste y te miré,
me gustaste y te gusté,
me abrazaste y te abracé,
te cansaste y me cansé.

Rompimos la baraja
en la mejor jugada
y como despedida
una sonrisa, una mirada,

un suspiro, un “lo siento”
y un beso en la frente.
“No quiero hacerte daño”
y a llover de repente.

Me besaste y te besé,
me viajaste y te viajé,
me soñaste y te soñé,
me cansaste y te cansé.

martes, 4 de mayo de 2010

A las 5 de la mañana

Diez monedas de oro
fundidas para el cabello,
de cantera griega
mármol es el cuello;

de la lejana Persia,
ojos como esmeraldas,
de profundos mares
dientes de perlas nacaradas;

del norte de Escocia,
para los labios, una rosa,
del misterioso Egipto
nariz de una diosa;

de la fría Rusia
manos de arpista,
del centro de Europa
dedos de pianista

y de la bella África
piernas de gacela;
mas algo ignoro:
tu nombre, ¿cómo era?

Cuerpo de mujer
alma de niña,
apenas te vi y por ti
mi corazón ya palpita.