Hoy os presento una novela de un paisano mío, de Albacete capital.
Me refiero a Eloy M. Cebrián y el nombre del libro es “Bajo la
fría luz de Octubre”. En principio, este libro llegó a mis
estanterías por obligación ya que tenía que leerlo para el
instituto, pero hoy en día estoy muy contento de tenerlo porque
cuenta una historia que no debe ser olvidada por nadie.
“Bajo la fría luz de Octubre” narra la vida de Maruja Cebrián,
una niña de unos once años, y su familia desde la proclamación de
la II República española hasta los primeros años de postguerra. La
historia transcurre en Albacete y cuenta los sucesos más importantes
ocurridos allí durante la guerra así como los detalles de la vida
diaria.
El padre de Maruja, Eloy (abuelo y tocayo del autor), es partidario
de la república y participa en la vida política de una forma más o
menos activa. La novela nos muestra cómo fue la Feria durante
aquellos años y la creciente tensión que había entre los
falangistas y los comunistas y anarquistas. Tras el pronunciamiento
militar del 18 de Julio, la ciudad es tomada por la Guardia Civil que
encarcela a los principales líderes republicanos durante la llamada
“Semana Fascista”. Sin embargo, el gobierno local acaba tomando
el control de la situación y encarcelando a los golpistas, pero la
guerra ya está en marcha. Desde aquí, la historia discurre entre
los detalles diarios, como la escasez de alimentos o la desconfianza
entre vecinos, y los grandes acontecimientos de la guerra, como el
asalto a Madrid, la llegada de las Brigadas Internacionales o los
bombardeos sobre la ciudad, hasta llegar al fin de la contienda y el
inicio de la postguerra y la represión franquista sobre los
vencidos.
La novela está escrita, no cabe la menor duda, desde un punto de
vista parcial (lo cuál no es para nada censurable) pero para nada
ciego: la historia se plantea como si hubiera un bando de “buenos”
y otro de “malos” pero los “buenos” también hacen cosas
“malas” (aunque no se reconoce ninguna bondad a los “malos”).
Esta visión “medio-maniqueísta” de los sucesos ocurridos
refleja de forma muy acertada lo que debieron sentir nuestros padre y
abuelos que vivieron en aquella época y es muy posible que “Bajo
la fría luz de Octubre” cuente la historia de cada uno de ellos
cambiando el bando según la situación. Es decir, no es una novela
“históricamente parcial”, pero es que no debe serlo, con lo que
el autor acierta de pleno. Otra cosa que me gusta mucho de ella es la
descripción que hace de la ciudad, dando detalles sobre lugares que
todavía existen y que son fácilmente reconocibles. De esta forma,
puedes hacer tu propio “tour turístico” por la ciudad usando la
novela como guía y recreando, gracias a ella, cómo debió ser en la
época de la guerra. Además, la historia alienta a conocer la
historia de Albacete, a conocer lo que pasó en aquel entonces no
sólo de forma teórica, sino práctica y visual.
Eloy M. Cebrián nació en Albacete en 1963. Se licenció en
Filología Inglesa y se dedica a la enseñanza. Es autor de “El
reinado de Filipo” (1998), “La conquista de Asia” (2000), “Bajo
la fría luz de Octubre” (premio Jaén de Narrativa Infantil y
Juvenil 2003) y de “El fotógrafo que hacía belénes” (premio
Francisco Umbral de Novela del Ayuntamiento de Majadahonda) entre
otras.
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