Hoy vengo a hablaros de una novela que en el último año y medio ha cobrado gran popularidad gracias a la serie que se ha hecho sobre ella; me refiero a “Juego de tronos” de George R. R. Martin.
“Juego de tronos” es la primera parte de la saga “La canción de hielo y fuego”, colección formada por siete novelas (cinco publicadas y dos planeadas, por el momento) ambientada en un mundo medieval ficticio. La novela se centra en el continente de Weteros, también llamado Poniente o los Siete Reinos. Su silueta es muy similar a la de América ya que está dividido en dos partes (norte y sur) unidas por una estrecha franja de tierra (estrecha en comparación con el resto).
En los Siete Reinos gobierna Robert Baratheon que llegó al poder catorce años atrás tras la guerra contra el antigua rey, Aerys Targaryen, también llamado el Rey Loco. En efecto, tras ver y sufrir las locuras de su rey, los grandes señores de Westeros se levantaron en armas para derrocar a la dinastía Targaryen y colocar a un nuevo rey. Después de catorce años de gobierno y tras la muerte de Jon Arryn, Mano del rey (primer consejero del rey), Robert Baratheon acude al norte, a Invernalia, en busca de su viejo amigo Eddard Stark y nombrarlo Mano. Eddard (Ned) es un hombre tradicional, sobrio, con un estricto sentido del deber y honor y muy familiar, lo que le lleva en un primer momento a rechazar el cargo. Sin embargo, una misteriosa carta de Lysa Arryn, su cuñada y viuda de Jon Arryn, en la que acusa a los Lannister, la poderosa familia de la reina Cersei a la que Ned detesta, le harán cambiar de opinión.
Ned Stark tiene seis hijos, cuatro varones y dos mujeres. Con él hacia el sur se marcharán las dos niñas, Sansa y Arya. Sansa es una muchachita linda y soñadora, educada para ser una gran dama y a la que le encanta escuchar canciones sobre los antiguos héroes y sus romances con las princesas. Todo eso le lleva a enamorarse del príncipe Joffrey (con el que de todos modos ya estaba comprometida), hijo del rey Robert y la reina Cersei. Sin embargo, Poco a poco Sansa descubrirá que no es oro todo lo que reluce. Por su parte, Arya no podría ser más opuesta a su hermana mayor; de naturaleza traviesa y curiosa, a Arya le encanta jugar con en los establos con los mozos, fisgonear en las cocinas, esconderse por todo el castillo,... Odia las labores de costura que le obligan a practicar y su mayor sueño sería viajar por el mundo con una espada viviendo aventuras. Por eso se pone tan contenta cuando, momentos antes de su partida de Invernalia, su medio hermano Jon Nieve le regala un fino estoque llamado Aguja. Cuando Ned Stark descubre la espada, ya en Desembarco del Rey, la capital del reino, hace llamar a un maestro de esgrima del otro lado del mar, Syrio Forel para que enseñe a la niña. Arya no tiene ni idea de lo útiles que le serán estas lecciones.
Robb Stark es el hijo mayor y heredero de Eddard y es quién se queda al cargo de Invernalia; será él quién tenga que ocuparse del gobierno del norte mientras su padre sirve como Mano del rey en el sur. Además, también tendrá que cuidar de sus hermanos, Brandon (Bran) y Rickon (de sólo tres años), y de su madre, Catelyn. Bran es un muchachito de ocho años muy curioso e inquieto. Le encanta trepar por los muros de Invernalia y se conoce cada piedra de la fortaleza como la palmo de su mano tras años de escaladas. Sin embargo, durante la visita de la corte real, Bran cae desde una torre en extrañas circunstancias. Lo que en un principio parece un accidente demuestra ser un intento de asesinato cuando alguien envía un asesino para rematar al niño. Enfurecida y superando el dolor, Catelyn Stark decide viajar al sur para averiguar la verdad sobre su hijo.
Por último, Jon Nieve, el hijo bastardo de Lord Stark. A pesar de no llevar su apellido, Jon es el hijo que más se parece a su padre, tanto físicamente como en su forma de ser, lo cual enfurece a Catelyn Stark. El estricto sentido del honor heredado de Ned llevará a Jon a alistarse en la Guardia de la Noche, una guardia juramentada formada por antiguos presos y caballeros ya caducos dedicada a proteger el Muro, una impresionante muralla de hielo situada al norte de Invernalia que marca el fin del mundo civilizado. Allí, Jon descubrirá que por muy mal que estén las cosas entre los reyes del sur, el peligro siempre acechará al norte del Muro.
Como podréis comprobar, he metido una buena parrafada sólo para introducir a algunos de los personajes protagonistas. Quizás podría resumirlo más, pero creo que sería una gran injusticia para una novela de tanta calidad. Me da pena dejarme en el tintero a Tyrion y Jaime Lannister, hermanos de la reina, o a Petyr Baelish y Lord Varys, consejeros del rey, y por supuesto a Daenerys Targaryen, la última hija de Aerys que aguarda en el destierro la oportunidad de volver a Poniente. Podría hablaros de ellos y de muchos más pero ocuparía demasiado texto; creo que lo ya escrito es suficiente para alimentar vuestra curiosidad y animaros a leer, que es de lo que se trata. Dejadme eso sí que alabe la forma de escribir de Martin, su capacidad para mantener emocionantes una multitud de tramas a la vez, el gran trabajo que le debe haber costado construir con tanto detalle el mundo en el que se desenvuelven los personajes, saber ponerse en la piel de cada uno, cambiar de estilo según quién habla (cada capítulo está contado desde la perspectiva de un personaje sin que esto resulte para nada lioso). Narrativamente, me atrevería decir que esta obra está a la altura de “El señor de los anillos” si es que no la supera.
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