"Dos velas para el diablo" narra la historia de Cat, una chica de 16 que acaba de perder a su padre. Lo interesante es que su padre era un ángel y que fue asesinado por unos demonios. Como la madre de Cat murió cuando ella era pequeña y no tiene a quién acudir, la joven decide ir en busca del demonio que mató a su padre para vengarse. Armada con la espada de su progenitor, Cat viaja a España para encontrarse con algunos contactos de su padre. En Madrid conoce a Angelo, un misterioso demonio que le echará una mano debido a sus oscuros intereses. Juntos recorrerán medio mundo desvelando la historia perdida de ángeles y demonios y revelando una conspiración que podría desembocar en el fin de la Humanidad.
La trama de esta novela es muy apasionante, el lector va avanzando poco a poco en la historia igual que los propios protagonistas y sin detectar qué pistas son las buenas, si bien está claro que no llega a las cimas de los grandes autores del misterio y el suspense (recuérdese que es un novela juvenil). La historia está plagada también de elementos muy característicos de Laura Gallego: desde la ambigüedad antimaniqueísta de los personajes (los malos no acaban siendo tan "malos" ni los buenos tan "buenos") a la relación entre Cat y Angelo, pasando por la personalidad de la propia Cat, son tan frecuentes en la obra de la autora valenciana que ya no consiguen sorprender, dejando además cierto regusto ácido al buscar finales conciliadores en los que todos acaban siendo "amigos".
Otro rasgo importante de esta novela es la continua referencia a la mitología juedo-cristiana de ángeles y demonios. Desde el principio, la autora deja bien claro los grandes personajes de este panteón y cuál es su función dentro del organismo del mundo. Además, crea el ambiente idóneo de forma de que, cuando estos personajes (arcángeles y grandes demonios) intervienen de algua forma en la historia, su fama ya les precede y el lector tiene la impresión de estar ante alguien muy importante. Algo que debe hacerse notar (pero nunca criticar en una obra de estas características) es el hecho de que se pase por alto tanto a Dios Padre como a Jesucristo y a la Iglesia. Al pasarlos por encima o casi ni nombrarlos, Gallego consigue no meterse en camisa de once varas sin que la narración pierda profundidad ni se note que falte nada. Sea como sea, es innegable que este libro (como todos los de Laura Gallego) enganchan casi desde el principio y la lectura acaba deseando que haya más, que es como debe ser un libro para gente joven.
Laura Gallego es autora, entre otras obras, de Memorias de Idhún, Finis Mundi y Crónicas de la Torre, todos ellos superéxitos de la literatura juvenil y que intentaré acercaros más adelante. Además, es una escritora comprometida con sus lectores y con los jóvenes escritores que intentan crear algo nuevo, como pude comprobar de primera mano.
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